A muchas mujeres les ha ocurrido tener una ruptura amorosa y creer que el mundo se terminaba. Sobre todo aquellas que sienten que ese hombre era el amor de sus vidas. El tiempo pasa y ese hombre se da cuenta que ha cometido un error y cree que es el momento de volver. Entonces la mujer decide darle una segunda oportunidad por amor y por una cuestión de convicción personal de que esta vez la pareja puede tener buenos frutos.
Hasta aquí todo muy lindo, los primeros días son una gloria de encuentros y recuerdos de momentos lindos. Pero hay un detalle en el que no hemos pensado: por algún motivo la relación había llegado a su fin. Y nuevamente ocurre esa ruptura muchas veces inesperada en el medio de toda esa nube de amor que aún sigue flotando en el aire.
Y entonces llega el momento en que esa mujer vuelve a vivir todo ese dolor. En esta oportunidad es muy probable que el duelo sea mucho más intenso y triste que el anterior. Se une el sentimiento de soledad y dolor, con la bronca de no haber reconocido similitudes en la situación para decir que no a tiempo.
Si la relación amorosa no funcionó, resulta fundamental tener la fortaleza de estar solas durante un tiempo considerable para poder pensar en los errores y en los aciertos. Luego de hacer un trabajo personal profundo y consistente, entonces será tiempo de tomar una decisión. Si la evaluación arroja resultados negativos, con todo el dolor del alma la vida deberá continuar sin ese hombre hasta que aparezca el verdadero amor.