Las verdaderas amigas siempre nos van a acompañar tanto en los momentos lindos como en los más difíciles. Muchas veces pensamos que tener muchas amigas significa que somos grandes personas. Sin embargo, la amistad no se mide en términos de cantidad sino de calidad. Tal vez una o dos verdaderas amigas pueden ser suficientes por el resto de nuestras vidas. Lo importante es lograr relaciones consistentes y duraderas, antes que superficiales y efímeras.
A medida que vamos creciendo podemos ir conociendo varias amigas con las cuales compartir diferentes experiencias. Pero sólo aquellas personas que están dispuestas a escucharnos y aconsejarnos sin realizar juicios de valor, serán las que ocupen uno de los primeros lugares en nuestros corazones.
Tal vez las verdaderas amistades son las que surgen en los primeros años de nuestras vidas. Si con el correr del tiempo esta relación no pierde consistencia y por el contrario se va haciendo más sólida, seguramente será una amistad eterna. En la vida podemos relacionarnos con muchas personas, pero nuestras amigas son las que nos harán compañía en los peores momentos, serán quienes tengan deseos de compartir nuestros logros.
Quien haya tenido la posibilidad de tener al menos una amistad verdadera puede tener la seguridad de que ha logrado mucho en la vida. Entre las amigas no existe el egoísmo, no se puede pensar en la competencia, no hay rencores, no está presente la envidia. Por el contrario, en una amistad tendremos cariño, compañía, comprensión, diversión, apoyo y tantos otros momentos y sentimientos satisfactorios.